POSTDEMA - Presentación general

El final de la guerra fría y la consolidación de la economía globalizada parecían haber consagrado definitivamente el modelo político de la democracia liberal, hasta el punto de que algunos influyentes autores llegaron a anunciar el «final de la historia» desde el punto vista institucional (Fukuyama, 1992). Indudablemente, el modelo de la democracia liberal, basado en la consagración del sufragio universal en un sistema pluripartidista, en el Imperio de la Ley, en la contención institucional y en la separación de poderes, carecía de alternativas reales, al menos en el ámbito occidental, a finales del siglo pasado, en especial desde que la llamada «tercera ola» de democratizaciones (Huntington, 1991) llevara dicho modelo a los países del sur de Europa (Portugal, España, Grecia) y a América Latina, que dejaban atrás las experiencias autoritarias.

Sin embargo, el comienzo del siglo XXI ha traído consigo una renovada corriente política de signo opuesta al modelo de la democracia liberal, el llamado «iliberalismo». Nacido en Europa central y oriental, dicho modelo se encuentra en expansión, y ha provocado el establecimiento en numerosos países de las conocidas como «democracias iliberales». Dichos sistemas y su cultura política, según las teorizaciones realizadas por distintos autores (Zakaria, 2003; Rosanvallon, 2000; Levitsky y Ziblatt, 2018) se caracterizan por un retorno del nacionalismo extremo, derivado en buena medida de una relectura revisionista de la historia reciente; por la modificación de las legislaciones electorales que apuntalaban el pluripartidismo y la promoción de la cultura plebiscitaria; y por la debilitación del poder judicial y el Estado de derecho en favor de un ambiguo discurso sobre la unidad de la acción del Estado. El sur de Europa y el mundo hispánico no están siendo ajenos a este fenómeno, gracias a la aparición de discursos revisionistas y coaliciones de gobierno y movimientos partidistas que forman parte de dicha corriente política global.

Este proyecto se propone analizar esta cultura política y sus principales elementos, que, a pesar de su imagen novedosa, tenemos la hipótesis de que hunden sus raíces en elementos estructurales de la ideología y la política europeas y globales del siglo pasado. Estudiaremos, de esta forma, cuáles son sus fuentes intelectuales, qué grado de continuidad e interconexión han tenido a lo largo del mundo de la posguerra mundial, cómo se han expandido mediante sus redes de intercambio e influencia, con especial atención a su circulación en el sur de Europa y el mundo hispánico, y cómo han resurgido en una doble dimensión: por un lado, en tanto discurso articulado a través de las nuevas redes sociales y otros mecanismos de comunicación audiovisual, y, por otro, en tanto prácticas institucionales y de gobierno.